“The Flash” es una serie de televisión que se estrenó en 2014, basada en el personaje de DC Barry Allen (Flash), un superhéroe que lucha contra el crimen con el poder de moverse a velocidades sobrehumanas.
En la temporada 4, Barry se da cuenta de que puede transferir por un breve lapso de tiempo su velocidad a alguien cercano. Utiliza este recurso con sus dos compañeros (Cisco y Snow) para derrotar a un villano llamado De Voe.
Lo interesante es que, enseñándoles a moverse en “tiempo Flash”, les da una sola indicación: al entrar en esta velocidad, no es cuestión de mover rápido las piernas, sino de mantenerse en calma, focalizados, centrados. Parece contrario a todo lo que espontáneamente hubiéramos imaginado.
Vivimos en una época que se parece mucho al “tiempo Flash”. Vertiginosamente llenamos el tiempo con más actividades y movimientos de los que aparentemente entrarían en él. Todo se mueve demasiado rápido, nunca parecemos ser suficientemente veloces.
Entonces, volvamos al consejo de Barry: tranquilidad, foco, centrarnos. No perderse en la velocidad que nos rodea, en la que vivimos, en el ruido, en la cantidad de pensamientos que fluyen por nuestra mente a cada momento.
De esto habla un poco el mindfulness. Despejar la mente, para focalizar en lo realmente central e importante en cada momento. Estar plenamente presente. Esto no se logra de un día para el otro, no es (solamente) una decisión de un momento. Implica un entrenamiento. Barry les dice a sus compañeros que le llevó mucho tiempo aprender a manejarse en la velocidad. A nosotros también puede llevarnos tiempo aprender a manejar estos tiempos, la velocidad y la calma.
Implica ejercitar cada día, dedicar espacios concretos a meditar, a respirar. No hace falta aislarse, irse a un templo, ni nada por el estilo. Sí implica ser sistemáticos. Y cada vez que nos sentimos desbordados, respirar, cerrar los ojos, volver a centrarnos. Sin dudas, será un tiempo ganado, en calidad, en eficiencia, en salud emocional y física.
Si no lo hacemos, en palabras de Flash “caeremos sentados a Mach 5”. La velocidad nos llevará puestos. El ritmo vertiginoso del mundo nos dará vuelta y saldremos lastimados. Mantener la calma, focalizar en aquello que realmente es importante, nos ayuda a permanecer con las piernas firmes, sosteniéndonos.
Y a ustedes, ¿qué los ayuda a volver a su centro? ¿y a mantener la calma?