Si queremos llegar a algún lado, necesitamos, al menos, dos cosas. Necesitamos saber adónde queremos llegar, y necesitamos empezar a movernos.
Romper la inercia de la quietud. Empezar a caminar. Empezar a tomar muy pequeñas pero no menores decisiones cada día, que nos encaminen ahí. Aún si todo a nuestro alrededor va hacia otro lado, aún si los obstáculos son muchos.
Te proponemos que te preguntes:
¿Cómo se ve ese futuro?
Lo que estás haciendo hoy, ahora, ¿lo está construyendo?