El lunes agradecíamos las huellas que han dejado en nosotros nuestros maestros. Hoy te proponemos pensar en las que estás dejando. Muchas son impresas en actitudes tan sutiles que ni nos damos cuenta, ni podemos planificarlas demasiado.
Por eso, el gran trabajo es hacia adentro, un trabajo de seguir aprendiendo y mejorando para ser quienes queremos ser, y para dejar huellas transformadoras en aquellos a quienes acompañamos en este proceso.
¿Qué huellas estoy dejando? ¿Cómo quiero ser recordado/a?